El archivo del horror y la Operación Cóndor
En la década del setenta del siglo pasado hubo una sombría coincidencia política e ideológica en la gran mayoría de los países latinoamericanos. En el marco de la Guerra Fría, las dictaduras cívico-militares de derecha asolaron los países de la región con su adhesión a la llamada Doctrina de Seguridad Nacional y a modelos económicos neoliberales ortodoxos.
El mundo vivía tensiones que en América del Sur se evidenciaban por las acciones de movimientos populares e insurgentes que resistían a la creciente represión, traducida en apresamientos, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones. Ante la necesidad de internacionalizar la búsqueda y captura de los activistas que buscaban refugio en países vecinos los gobiernos del Cono Sur convergieron en un pacto secreto que fue denominado Operación Cóndor.
Se trataba de una inédita alianza de cooperación clandestina entre las fuerzas represivas regionales, lo que les permitió compartir información, códigos de comunicación, acciones conjuntas, interrogatorios en otros países e intercambio de prisioneros políticos. La supuesta lucha contra el enemigo común, el "comunismo internacional" ya no tendría fronteras. En poco tiempo, aquel siniestro plan, firmado en Santiago de Chile, a fines de noviembre de 1975, por los jefes de los ejércitos del Cono Sur, se cobraría decenas de miles de víctimas.
Los latinoamericanos tardaríamos muchos años en conocer la real dimensión de la tragedia. La fuimos conociendo a cuentagotas, a medida que surgían confesiones de ex victimarios o documentos aislados. Pero en diciembre de 1992 ocurrió algo inesperado. Se descubren los papeles secretos de la Policía política del stronismo. Cuarenta años de registros e informes ocultos emergen insólitamente revelando con la letra y el estilo de los mismos criminales del Estado las historias siempre negadas. Entre miles de aquellas, están las que pertenecen al Plan Cóndor y que fueron conocidas gracias a los Archivos del Horror. Este es el acervo documental más importante sobre los años de represión en todo el continente.
Hace medio siglo se inauguraba ese pacto siniestro. Esta muestra nos impulsa a no perder la memoria histórica y a reverdecer la conciencia democrática.
Alfredo Boccia Paz