Durante el acto, la coordinadora del Fuero de la Niñez y la Adolescencia de Capital, magistrada Bettina Ovando, expresó que desempeñarse en este fuero representa un desafío permanente, no solo en el ámbito jurídico, sino también en el plano humano. Señaló que cada decisión adoptada conlleva una responsabilidad mayor, la de proteger derechos, escuchar con sensibilidad y actuar con compromiso frente a realidades complejas y, en muchos casos, dolorosas.

Asimismo, indicó que a lo largo del año se demostró que la empatía no debilita la justicia, sino que la fortalece, y que el rigor técnico puede y debe convivir con una mirada integral de la niñez y la adolescencia.

En ese contexto, destacó el trabajo articulado del equipo multidisciplinario, así como la labor de los defensores públicos, agentes fiscales del fuero de la niñez y funcionarios de los juzgados, valorando su compromiso, vocación de servicio, responsabilidad, empatía y calidad humana, considerados pilares fundamentales del área.

Finalmente, la magistrada reafirmó que la justicia especializada en niñez y adolescencia no constituye un complemento, sino una necesidad imprescindible para la construcción de una sociedad más justa y humana.

La actividad se desarrolló en el primer piso de la torre sur, en el sector donde se encuentran ubicados los despachos y secretarías del Fuero de la Niñez y la Adolescencia.