El condenado por el secuestro de Gilda Estela Vargas, Pablo Duarte Vera no obtuvo su libertad por oposición de la fiscal Artemisa Marchuk, quien durante la audiencia realizada ante la magistrada sostuvo que el condenado no admitió su responsabilidad en el hecho y en consecuencia no demostró arrepentimiento.

Por otra parte, refirió que los informes socioambientales no son del todo favorables al condenado en razón de que advierten la necesidad de un tratamiento sicoterapéutico con vistas a su reinserción en la sociedad. 

Cabe mencionar que el abogado querellante Luis Bertón Planás no se opuso a la petición de la defensa, pero la representante del Ministerio Público dijo que tiene un punto de vista técnico. Al respecto indicó que el secuestro es un hecho grave, mediante el cual se pretende lucrar con la vida de las personas y se debe considerar primeramente que el objeto y fin de ejecución de la pena no pudo cumplirse en él, aún habiendo cumplido el programa de readaptación social, que es el fin de la pena, indicó Marchuk.

La empresaria Gilda Estela Vargas fue secuestrada el 28 de agosto del 2003 de su residencia ubicada en la urbanización Colinas del Yacht. La familia pagó dos rescates por un total de 80 mil dólares. Duarte, se desempeñó como jardinero de la víctima, fue condenado por complicidad del hecho punible.