La magistrada acudió hasta la penitenciaría acompañada de la actuaria judicial Liz Marlene Quiñónez y la diligencia se realizó esta semana en horas de la mañana con la provisión de víveres para el desayuno de los reclusos.

Asimismo conversaron con los privados de libertad para ponerse al tanto de las actividades que desarrolla cada recluso cuyas causas están siendo llevadas por su juzgado, escucharon sus necesidades y se interiorizaron de la situación de los mismos.

La jueza realizó un recorrido por las distintas penitenciarías, inclusive la granja Itá Porã, en la que observó las labores que son realizadas por los reclusos, además de las condiciones en que ellos se encuentran, con miras a la reinserción a la sociedad en todos los ámbitos.

El Código de Ejecución Penal para la República del Paraguay en el artículo 19, relativo al control del régimen penitenciario, establece  las funciones del juez de ejecución y resalta las visitas permanentes a los establecimientos penitenciarios, de prevenidos, educativos y de internación, pudiendo el mismo realizar visitas e inspecciones cuando lo considere conveniente y sin previo aviso.

Así también debe escuchar las solicitudes que le acerquen los internos sobre salud, trato dispensado, condiciones de habitabilidad e higiene. También debe controlar el cumplimiento estricto de la ley y, cuando correspondiere, podrá llamar ante sí a la autoridad administrativa o al funcionario responsable de alguna irregularidad o incumplimiento de la ley para exigir explicaciones correspondientes y resolver haciendo prevalecer el respeto a la dignidad humana, a las garantías constitucionales y a los derechos humanos universalmente reconocidos.